Si te observo no lo harás conmigo.
Para qué me miras? porque razón ojos? por qué razón pupilas? si balbuceo entre constelaciones mirando sin mirar...

miércoles, 3 de noviembre de 2010

LA JOVEN DE AZUL JACINTO (Un relato de una de las pinturas del famoso pintor JAN VERMEER)


Sin embargo, había un deseo que exlipsaba a todos los demás: anhelaba pintar. <<Sí, quiero pintar. Quiero pintar esto, pintarlo todo>>, se dijo, asomándose al mundo se extendía con tanta magnificencia...! Allí arriba la belleza era algo más que colores y formas, era espacio y luz, el aire mismo, y por ello parecía inaprehensible. ¡Ojalá el simple afán le otroara la capacidad de plasmar aquello! Su padre se límitaba a senreír tímidamente cuando ella le dicía que queía pintar, igual que si le hubiera dicho que queía navegar por los mares, lo cual, naturamente, también deseaba hacer para poder pintar todo lo que viera. Cuando se lo contó a su madre, cuando le confesó su aspiracíon, ella s elimitó a ponerle entre las manos el cesto de la ropa que quedaba por coser.

A menudo en un rincón de la estancia, se didicaba a contemplar cómo trbajaba su padre, y puesto que corrían por el slón, gritando y tiendo no se atrevía a hacerle muchas preguntas preguntas que, en cuanquier caso, él no solía responder.

Ocurrió que un día de primavera quehabía comenzado  como cualquier otro salvo por el hecho de que, el anterior,  Magdalena se había pasado la tarde en la muralla y que, por todo Delft, los tilos que bordeaban los canales se hablían llenado de hojas verde pálido, a través de las cuales brillaba la luz hacieno que parecieran más amarillas,m excepto allí donde dos o más se superponiían y creaban zonas más oscuras. Sí, un día como aquél. de plena primavera, de algún lugar desconocido y recóndito del alma de Magdalena surgió un grito: ---¡Odio remendar! ...gritó a las paredes, a su madre, a todo el mundo---. ¡No sirve de nada!
Su padre entró en la habitación, miró a su esposa y observó a Maddalena con el entrecejo fruncido. Su trabbajo consistía en mantener a los chicos callados o sacarlos fuera, y allí estba, convertida en la más ruidosa. Nadie se movió. Incluso los niños se quedaron inmóviles. Al principio, demasiado sorprendida por el exo de propia voz y temerosa de aádir el más mínimo dedafío, ella sólo le miró las manos manchadas de azul, pero no los ojos, Adoraba a su padre, adoraba el trabajo que hacía, e intuía que también adoraba las mismoas cosas que él, aunque nunca hubieran hablando del asunto. Cuando aquel pensamiento la invitó a levantar la cabeza y contemplarlo, vio que su expresión se suavizaba, como si él hubiera reaparado en su presencia en aquel mismo momento. La llevo hasta un extremo de la mesa, cogió el cesto de la costura, le colocó en el regazo una camisa de los niños a la que le faltaban unos botones, dispuso la silla, abrió la ventana ---primero un poco, luego menos.... y descubrió que en ciero ángulo ésta reflejaba el rostro de su hija.
...Si te quedas ahí sentada.... te pintaré..../.../

                            Como los trazos más sútiles, son pinceladas de sentimientos 
para ser expresados en su pleno contraste en un tela, y asi pasar
de mano en mano, pero de mano de una vida.... Una vida reflejada
en un cuadro, por las sensaciones de compresión de una pintura
silenciosa y comprensiva.... Para resguardala del agua,
y cualquier daño que pueda recibir...
para guargarla en un estrecho corazón!
 (ANACRONICA)




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