Si te observo no lo harás conmigo.
Para qué me miras? porque razón ojos? por qué razón pupilas? si balbuceo entre constelaciones mirando sin mirar...

jueves, 21 de octubre de 2010

La Rayuela .../frági/


Este fragmento es mi regalo por dejar inherente el insomnio de unas grandes noches de unas noches para siempre...(:::) donde no me importa si duermo o no, si ese colorido de ojeras meditabundas se colorean sin impedimentos... He llegado al cap 93 que deje como mi favorito de mucho... Pero sobre todo éste me carcome.(:s Hace un rato habia escrito ya esto pero se bloqueo el pc, y estaba pensando si me quedaria igual a lo que escribi antes. Pero en fin aqui lo estoy haciendo de nuevo el número 1 siempre es pretendido más que el segundo aunque se intente de contradecir siempre.)....Bueno decia que éste capitulo mi "regalo" se metio tanto en mi que me produjo una sonata de parte de alguna conexión entre el corazón y el estomago....Esta inconexión que me turba, a  veces la adoro, pero luego me detengo. Me detengo y me contengo en un rincon sin ceder ni dejar ceder éste paroxismo, entonces  caleidoscopio se traspasa por un periplo delirante "perfectamente intrincado"...A lo que temo anhelo caduco/expansivo/renovable a lo que se es sin ser parte de nada... Solo una especie de obnibulaciòn que permea seduce ese roce de miradas ausentes.....

........"Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fijate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.

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